Albufera. Valencia |
Hablar de lo que nos gustaría suele ser más fácil.
Yo puedo pasarme horas y horas hablando sobre algo que me encantaría que pasase. Sobre aquel sueño que tuve un día o sobre aquello que leí en un libro o periódico. A veces, nos acostumbramos a pedir demasiado y no nos damos cuenta que lo más importante es que estemos aquí y ahora. Yo creo que lo hacemos porque siempre nos ha funcionado bien eso de pedir. Y cuando me refiero a pedir no quiero decir de un modo autoritario, si no más bien de un modo delicado para que no suene tanto a súplica. Y además nos olvidamos de que las cosas si no se quieren hacer por mucho que nos lo pidan no saldrán bien. ¿Qué efecto tiene pedir algo? Si lo más importante es cuando sale de dentro porque sí. Es cuando te dan una sopresa. Algo que no esperabas. Aquello es realmente lo mejor de toda relación. De todo tipo de relación.
Hablar de lo que nos gusta ahora y de lo que tenemos ahora, es como que parece que no llama la atención. Porque es fácil. Y si toda tu relación se basa en algo complicado, o toda tu vida lo ha sido, parece como que ahora los detalles no puedan ser fáciles y normales. No se por qué, si lo normal a veces, puede ser extraordinario. A veces, creo, que las redes sociales nos han hecho un poco de daño con esto, porque si no viésemos lo que les pasa a nuestros amigos, o lo que les regalan su pareja o familia, a veces, no seríamos tan exigentes con los que nos rodean. Y seguro, que seríamos un poco más felices. Yo por lo menos, creo que sí.
Ya sabes, que a veces me vuelvo un poco exigente, un poco pesada con esto. Pero prefiero que me quieras porque sí. Prefiero quererte sin más. Que ya que decidimos ser dos suicidas valientes, quiero hacerlo bien.