martes, 28 de septiembre de 2010

Vamos a dejar de hablar de los demás.

el principio aquí
Suena el timbre. 3' antes de lo imprevisto.¿Aún se acuerda de dónde vives? Le conociste en un bar. Él era camarero y tu bailabas desenfrenadamente entre vasos de ginebra. Un chico enamorado de otra chica. Y luego, tú.
Te enciendes un cigarrillo, echas el humo. Lo ves llegar, tras la mirilla de la puerta. El mismo look, la misma mirada perdida. Lleva un paquete en la mano. ¿Será whisky?
2segundos, vas a mirar si hay hielo en el congelador. 4 bolsas. ¡Salvada!
El suelo del comedor lleno de carátulas de viejos vinilos. Y la caja de la pizza medio vacía ya. Y no tienes nada en los armarios de la cocina para ofrecerle.
Abres la puerta. Y os encontráis frente a frente.
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Y antes de sonreirle, recuerdas vuestra primera vez. A oscuras, en aquel parque. Y piensas que sólo es eso, sexo. Y miras sus manos grandes y sus labios rojos y te entran unas ganas irresistibles de besarle en el pasillo. En lugar de eso, le dices que entre y antes de cerrar la puerta detrás suyo te subes un poco más la falda. 
Abre la botella y entonces notas sus ojos rodeándote las caderas y que una brisa se cuela por tu ropa interior. Él se acerca por detrás y tú ya eres suya. 
(y el whisky goteando en la cocina)

martes, 21 de septiembre de 2010

Cartas









Capítulo 1:
Después de todo. Acabó bien.
No voy a olvidar tu sonrisa al despertarte. Eso seguro.
Ni tampoco la forma en que coges la almohada por la noche. Y menos aún, que a veces hables. ¡Eso si que fue gracioso!
Tus tres días fueron los míos. La gente se preguntaba cómo nos llegábamos a entender. Y la verdad, es que lo hacíamos complicado. Tu intentabas hablar español y a mi me volvía loca corregirte. No voy a olvidar el último beso antes de otoño en la estación de trenes.
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Milán. Y ahora debo confesarte que por un momento, en aquel ascensor te fui infiel.
En el aeropuerto. Vuelo cancelado a Barcelona. Y un chico que se acerca y me hace perder los papeles. No sé cómo. Supongo que el tener que llamar a casa y decir que llego mañana, fue el motivo. Decir que tendría que pasar la noche en un hotel, sola, siempre da un poco de miedo. 
Y entonces, me dan la llave de la habitación y al subir y compartir espacio con aquel chico de camisa de cuadros, me empiezan a temblar los cimientos. Y su olor al respirar el mismo aire que yo. El acercarme a apretar el botón y notar sus ojos miel clavados en los míos y no poder dejar de mirarle. Te juro que si me hubiese besado no hubiese podido parar. 
Y ahora, odio recordar que le dije que te echaba de menos. Y él decirme " no está tan lejos, pero yo estoy tan cerca..." Creo que tuve un incendio en mi interior y que si no fuera por que se abrieron las puertas de la cuarta planta y subió alguien, le hubiese querido hasta el final. 

No se como decirte, que te voy a echar de menos...

Foto: Milano. Septiembre '10.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Artíficie


Cada noche paso diez magníficos días contigo. 

Cada noche es diferente. Esta va a ser la última. Lo prometes. 
Y yo vuelvo el tiempo atrás, retrocedo la película y vuelvo a imaginarte como el primer día. Vuelvo a inventarme el tiempo contigo. Siempre hay algo más por hacer. No quiero que este diciembre termine te digo. Que ese miércoles llegue, me dices. No quiero estar con cualquiera, sólo contigo. No se, si es porque el día que nos conocimos no nos tuvimos o porque me miraste diferente. Por que, compartimos amanecer en la playa y casi en la misma toalla o porque hacía frío y yo quería irme y entonces tú te acercaste y me envolviste con tus brazos. No se si fue por el olor de la situación o el dolor de cabeza que no tenía. O por que, tu amigo quería ligar con Paula. Y ella contigo. Y tu me mirabas. Y no llevaba el móvil encima, pero te hubiese puesto esa canción del anuncio de la cerveza y hubiese bailado contigo. 
Recuerdo el viernes- después de unos meses- que llegamos y te dije que estabas irreconocible. Y tu me prometiste que ibas a portarte bien. Y que haríamos tantas fotos que nunca olvidaría el suave tacto de tus manos acariciando mi pelo. 
Paula decía que me regalaba tus noches, para que yo pudiera disfrutarlas contigo y tu pudieses mirarme como el primer día en la playa. 

De ella nos olvidamos. Esa fue la primera noche que soñé contigo.En Francia. Seguro.